Lustres
Los lustres son decoraciones cerámicas elaboradas con compuestos metálicos que, al ser cocidos a baja temperatura sobre una pieza ya vidriada, generan un acabado brillante, metálico o iridiscente. Estos compuestos suelen estar basados en sales de metales preciosos, como oro, plata o cobre, disueltas en un vehículo orgánico que se quema durante la cocción. El resultado es una capa delgada y traslúcida de metal sobre la superficie del esmalte, lo que produce reflejos dorados, plateados o tornasolados según el tipo de metal empleado y de la atmósfera del horno.
La aplicación de lustres requiere precisión y cuidado, ya que su éxito depende de la limpieza absoluta de la superficie y del control de la atmósfera del horno. Una vez aplicado el lustre, la pieza se cuece a temperaturas bajas (entre 700°C y 800°C), momento en el cual las sales metálicas se descomponen dejando una fina película metálica unida al esmalte. Esta técnica, originaria de la cerámica islámica del siglo IX, se ha perfeccionado a lo largo de la historia, apareciendo en las mayólicas del Renacimiento, la cerámica china y japonesa, así como en la producción cerámica contemporánea de alta gama.
Los lustres pueden utilizarse para resaltar detalles ornamentales, letras, bordes de vajillas finas o piezas decorativas, añadiendo un toque de opulencia y sofisticación. Su fragilidad, no obstante, hace que algunas piezas requieran cuidados especiales para evitar el desgaste de la capa metálica.Dato interesante
Los lustres islámicos fueron una respuesta ingeniosa a la restricción religiosa del uso de oro y plata macizos en la decoración, logrando simular el brillo de estos metales sin emplearlos en grandes cantidades.Consejo útil
Asegúrate de que la pieza esté perfectamente limpia y desengrasada antes de aplicar el lustre. Incluso pequeñas partículas de polvo pueden interferir con la adherencia del metal y generar defectos en el acabado final.