El bióxido de titanio es un material muy utilizado en cerámica para crear acabados blancos y opacos en esmaltes, proporcionando una cobertura densa y uniforme. Su capacidad para opacar lo convierte en una opción común en la formulación de esmaltes blancos, especialmente en loza y porcelana. Además de ser un agente de opacidad, el bióxido de titanio se emplea para obtener acabados mate, permitiendo una superficie menos brillante y de textura suave.
Este compuesto también es valorado por su potencial decorativo ya que bajo ciertas condiciones de cocción puede generar patrones cristalizados y texturas interesantes en la superficie del esmalte. En combinación con otros óxidos y colorantes, el bióxido de titanio puede modificar sutilmente los tonos y aportar complejidad a los esmaltes de color, haciéndolo un material versátil tanto en la cerámica utilitaria como en la decorativa.
Dato interesante
El bióxido de titanio es el pigmento blanco más utilizado en el mundo, no solo en cerámica, sino también en la industria de las pinturas y cosméticos.
Consejo útil
Cuando utilices bióxido de titanio para efectos opacos, ten cuidado de no sobrecargar el esmalte, ya que puede hacer que el esmalte se vuelva quebradizo o demasiado grueso.