El óxido de zinc es un compuesto versátil en cerámica, usado principalmente para ajustar la textura de los esmaltes y para lograr acabados mate y satinados. Este material es especialmente útil en la formulación de esmaltes satinados o semimates, aportando una suavidad visual y una superficie agradable al tacto. Además, el óxido de zinc actúa como un estabilizador en esmaltes, ayudando a reducir el riesgo de craquelado, una cualidad valiosa para la durabilidad de las piezas utilitarias y decorativas.
Este óxido también puede influir en los colores finales de los esmaltes cuando se combina con otros colorantes, logrando efectos de opacidad o incluso efectos cristalinos bajo ciertas condiciones de cocción. En esmaltes de alta temperatura, el óxido de zinc contribuye a mejorar la estabilidad y resistencia del acabado, permitiendo que los esmaltes mantengan su apariencia y textura incluso en condiciones de uso intenso.
Dato interesante
El óxido de zinc es también un ingrediente común en productos como cremas solares, debido a su capacidad para bloquear los rayos UV, lo que lo convierte en un material ampliamente utilizado en diversas industrias.
Consejo útil
Usa óxido de zinc en pequeñas cantidades si buscas un efecto mate en tus esmaltes, pero evita usar demasiado, ya que puede opacar otros colores y afectar la textura final del esmalte.